Os dejo la Historia de Lucy que leímos y trabajamos en clase.
La larga marcha de la evolución humana
La pequeña Lucy caminaba penosamente por la sabana africana. Generaciones de esfuerzo continuado habían permitido que este tipo de locomoción llegara a sustituir a la forma cuadrúpeda de marchar de sus antepasados. Cargada con su hijo en brazos, se sentía desfallecer mientras se acercaba al grupo de acacias espinosas que se divisaban al fondo, bajo el tórrido sol tropical. Con su pequeña estatura, apenas superior al metro, y su menos de treinta kilos de peso, sólo su astucia le había permitido esquivar a poderosos depredadores. Carecía de instrumentos de piedra. Había pasado un millón de años desde que sus antepasados, los primeros homínidos decidieron abandonar la protección del bosque y adentrarse en las sabanas que se extendían cada día más y más, a favor del gran cambio climático que se estaba produciendo. Sus parientes, los antepasados del chimpancés y gorilas habían preferido la seguridad del bosque y allí permanecerían para siempre. Porque el destino pertenecía a los audaces, a quienes desafiaran los peligros de los medios abiertos. Algún día éstos evolucionarían, desarrollarían sus cerebros y sus inteligencias, fabricarían toda clase de instrumentos, descubrirían el fuego y ahuyentarían para siempre al león, al leopardo y a la hiena. Finalmente conquistarían el mundo. Todo eso si Lucy y su pequeña criatura sobrevivían y se unían al pequeño grupo de australopitecos que aguardaban en el bosquecillo, y que constituían el futuro de la humanidad. Lucy tenía literalmente nuestro futuro en sus piernas.
La pequeña Lucy caminaba penosamente por la sabana africana. Generaciones de esfuerzo continuado habían permitido que este tipo de locomoción llegara a sustituir a la forma cuadrúpeda de marchar de sus antepasados. Cargada con su hijo en brazos, se sentía desfallecer mientras se acercaba al grupo de acacias espinosas que se divisaban al fondo, bajo el tórrido sol tropical. Con su pequeña estatura, apenas superior al metro, y su menos de treinta kilos de peso, sólo su astucia le había permitido esquivar a poderosos depredadores. Carecía de instrumentos de piedra. Había pasado un millón de años desde que sus antepasados, los primeros homínidos decidieron abandonar la protección del bosque y adentrarse en las sabanas que se extendían cada día más y más, a favor del gran cambio climático que se estaba produciendo. Sus parientes, los antepasados del chimpancés y gorilas habían preferido la seguridad del bosque y allí permanecerían para siempre. Porque el destino pertenecía a los audaces, a quienes desafiaran los peligros de los medios abiertos. Algún día éstos evolucionarían, desarrollarían sus cerebros y sus inteligencias, fabricarían toda clase de instrumentos, descubrirían el fuego y ahuyentarían para siempre al león, al leopardo y a la hiena. Finalmente conquistarían el mundo. Todo eso si Lucy y su pequeña criatura sobrevivían y se unían al pequeño grupo de australopitecos que aguardaban en el bosquecillo, y que constituían el futuro de la humanidad. Lucy tenía literalmente nuestro futuro en sus piernas.
La especie elegida
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